Los Goya del Paraguay

Los Goya del Paraguay

Los 51 grabados que componen la presente colección tienen como antecedente un conjunto inicial de 27 piezas pertenecientes al Centro de Artes Visuales/Museo del Barro, adquiridas por la Fundación “Carlos Colombino Lailla”. Esta colección se vio ampliada con donaciones de particulares y —con el apoyo del Centro Cultural de España “Juan de Salazar”— de algunas empresas españolas que operan en el Paraguay (Heisecke & Cía., Líneas Aéreas Iberia, el Banco de Asunción BSCH, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y Seguros Mapfre Paraguay). Para la localización de algunas piezas originales y su correspondiente autenticación en almacenes de España se contó con las gestiones de Nilo Fernández —desde el CCEJS— y de Susana Salerno.

A mediados de los 2000 se diseñó el proyecto Los Goya del Paraguay, una campaña de promoción de la Colección de Grabados de Goya del CAV/Muse o del Barrio, que incluyó una itinerancia con actividades complementarias —visitas guiadas, conferencias, concursos de arte dirigidos a niños, entre otras— por las ciudades de San Lorenzo, Pedro Juan Caballero, Concepción, Ciudad del Este y, finalmente, Asunción.

La campaña constituyó un caso insólito de exhibición de obras originales de un maestro histórico en el Paraguay, con la adición de constituirse en experiencia descentralizadora a través de su puesta en circulación por otros centros urbanos del país.

 

No a la guerra

Según los coordinadores del proyecto del CAV/Museo del Barro, el título de esta campaña/exposición no aludía a una mera incorporación y sistematización de un patrimonio artístico como el de Goya a las colecciones de Paraguay, sino que suponía relaciones de índole política: “Si miramos alrededor, las escenas de Goya hoy son casi cotidianas en nuestro país”.

Por otro lado, en los 2000 se aceleraban las tensiones entre Occidente y Oriente: el atentado a las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York inauguraba un período significativo de incursiones bélicas de los Estados Unidos, junto con sus aliados, sobre Estados como Afganistán e Iraq. Estas incursiones estuvieron marcadas por imágenes de vejámenes y violencia desmedida ejercida contra combatientes y civiles de los pueblos invadidos; imágenes capturadas y puestas en circulación por corresponsales de guerra, tornaron visibles los horrores de las guerras, que en décadas pasadas habían estado mediadas por distancias infranqueables aun para la imaginación.

La coincidencia de dichos acontecimientos confirió una vigencia particular a la serie Los desastres de la Guerra de Goya, algunos de cuyos grabados constituyen un documento crítico y poético de la guerra, de las guerras. Una obra atemporal que se actualiza permanentemente, con detonaciones dispersas en el mapa geopolítico local y global: desde Curuguaty hasta Palestina, desde Guajhory hasta Siria.

 

Damián Cabrera
Asunción, abril de 2018